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miércoles, 28 de julio de 2010

Se sabía quién era quién

Se quiso que pareciera un accidente pero las pruebas del homicidio culposo quedaron por todas partes, y para algún distraido que no las haya visto están los lamentos de una víctima que conocía muy bien en qué territorio caminaba.
Maradona es la víctima de un multicrímen que comenzó el día que lo colocaron al frente de la Selección de Argentina, siguió cuando no le pusieron límites claros a su inexperta gestión y se consumó en Sudáfrica, cuando un gol a los dos minutos de juego precipitó los acontecimientos.
Maradona no estaba listo para ser el técnico albiceleste, pero era el más indicado para apagar el incendio y encolumnar a toda la Argentina (afición, prensa, dirigentes, técnicos y jugadores) detrás del único indiscutible del país, aunque fueran sumamente discutibles sus méritos para semejante cargo.
Fue usado con la esperanza de que la calidad individual de los jugadores disimulara sus limitaciones para el cargo. Usado para mantener a todos a raya, porque meterse con Maradona es meterse con 'D10S' y además quedar a tiro de su lengua veloz. Para muestra bastó la limpieza que le hizo a Riquelme sin encontrar oposición en el resto del ambiente.
Safó de esa intención de marca que se le intentó hacer con Bilardo, quebrándole la cintura al 'Narigón' y levantándolo del piso en Montevideo, al permitirle abrazarse para festejar dramáticamente una clasificación que jamás debió ser tan sufrida ni tan histéricamente celebrada por un equipo grande.
Pero el Bilardo manager es el mismo que fue jugador primero y DT después. Es el que usaba alfileres en la cancha, cuando jugaba, el que le puso 'algo' en el agua al brasileño Branco, cuando era el técnico de Argentina. La encarnación de 'el fin justifica los medios'. Puede quedar tirado, pero vuelve dispuesto a hacer lo que sea para que no lo desparramen de nuevo, y Maradona no puede sorprenderse. No tiene derecho a no conocer a Bilardo y a Grondona; tanto como no tenía derecho, por antecedentes, de hacerse cargo de la 'albiceleste', y también lo sabía.
Se sabía quién era Bilardo, quién Grondona y qué cargo no estaba en condiciones de ocupar Maradona.


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