Hace seis meses apenas, cuando el Real
Madrid aseguraba las contrataciones de Ronaldo y Kaká, a cambio de una
verdadera fortuna, cuando el Barcelona parecía aumentar su poderío con la
llegada de Ibrahimovich, para sumarse a un equipo que ya era toda una
maravilla, nadie pensaba en el Atlético como lo que ha terminado siendo: el
único equipo español en una final de copa europea. Aunque sea la Europa League,
menos elitista que la Champions, pero copa al fin.
La posibilidad del Atlético parece alta,
porque el Fulham ha demostrado no estar al nivel de los ‘colchoneros’, aunque
es peligroso y condenó al Hamburgo al mismo tormento que el Real Madrid, ver la
final en su propio estadio sin jugarla.
La semifinal Atlético vs. Liverpool era
considerada por, los entendidos, como una final anticipada. Claro que todo
partido hay que jugarlo antes de celebrarlo. Nunca hay que olvidar el Maracanazo
y que los entendidos jamás soñaron con Real Madrid cayendo temprano y con
Barcelona fuera de la final.
De este lado del Atlántico otro tanto
sucedía hace solo un mes, cuando Javier Aguirre confirmaba lo que siempre
sucede, la Selección de México le pide mucho más a Chivas que a ningún otro equipo
en el país. Siempre el ‘Rebaño’ ha surtido de abrigo y carne al ‘Tri’. ¿Quién,
entonces, podía suponer que un diezmado equipo de Guadalajara podría anotarle
tres goles a Vélez Sarsfield, aunque el último llegue como consecuencia de un
penal que no lo fue?. El asunto es que dar vuelta ese resultado le costará
mucho a los dirigidos por Gareca, aunque se juegue la revancha en Liniers, y
puede que las Chivas pasen a cuartos de final.
Si las Chivas no se encuentran con un
escollo demasiado difícil en cuartos, y logran sortearlo, entonces tendrán un
nuevo futuro por delante, porque las semifinales y final de la Copa
Libertadores se van a disputar después del Mundial y las Chivas estarían
completas, con la excepción del recientemente transferido ‘Chicharito’
Hernández.
Dos ejemplos de que en fútbol nada está
dicho, hasta que se ha dado el pitazo final. Una vez más: los partidos se ganan
y se pierden en la cancha.