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miércoles, 24 de febrero de 2010

R: Supermercados de apuestas



En medio de una recesión mundial que no esquivó al fútbol, obligando a que varios patrocinadores de equipos dieran marcha atrás en sus intenciones publicitarias, existe un grupo de empresas que se mantiene firme y hasta gana terreno en las camisetas más cotizadas del planeta y los pechos de las superestrellas. ¿A qué le apuestan?
‘Apuesta’, esa es la palabra mágica, por ahí está el motivo de esa presencia publicitaria que tiene una inversión multimillonaria en euros. Bwin, Miapuesta y 888 son algunas de las casas de apuestas que funcionan vía internet y que recaudan miles de millones de euros desde casi todos los rincones del mundo. Su abanico de posibilidades va desde juegos de video, póker y casino, hasta el propio fútbol, pasando por voleibol, basquetbol, tenis, motociclismo, rally, fórmula uno, esquí, waterpolo, golf, béisbol y todos los deportes imaginables.
Estas empresas son verdaderos supermercados de apuestas, con muchas más opciones de jugar que un casino, donde se encuentran ofertas para todos los gustos y posibilidades económicas.
Variada oferta
En lo referente a apuestas en deportes, el fútbol también reina y ofrece una variedad de posibilidades de probar suerte, que van desde el simple ganador hasta apostar por quien será el equipo que sume más puntos en su grupo del Mundial Sudáfrica 2010 hasta cuál será la selección campeona de ese certamen. La cosa no para ahí y se puede apostar por partidos del fútbol argentino, iraquí, coreano, alemán o chino. En cada partido se informa cómo está la relación de apuestas, en la cual, obviamente, el favorito siempre es el que paga menos. También se puede apostar por quién hará el primer o el último gol de determinado partido, si el resultado final sumará un número par o impar, por el total de tarjetas amarillas o rojas que sacará el árbitro, etc.
Entre las variedades de apuestas se puede escoger al campeón de determinado torneo, como por ejemplo la próxima Copa de Africa donde el favorito es Costa de Marfil, que pagaría 3 euros por cada uno apostado; mientras que Mozambique podrían enriquecer a los que apostaran por esa selección, en caso de coronarse, pagando 101 euros por cada uno apostado.  Otro tanto sucede con la Champions League 2009/10donde Barcelona, de Xavi y Messi, aparece como favorito pagando solo 4 a 1; mientras que el Milan, de Ronaldinho y Beckham haría muy felices a los que apuesten por el ‘rossonero’ devolviéndoles 17 euros por cada uno que apostaron.
En todos los juegos alrededor del mundo se puede apostar, aunque no sean de primera división o aunque aún falte tiempo para que se lleven a cabo. Por ejemplo están contemplados los dos primeros juegos del Grupo A del próximo Mundial, donde México paga 2,30 por cada euro y es favorito ante Sudáfrica, que paga 3,10; mientras que Francia (1,85) es gran favorito ante Uruguay (4,40).
Cifras siderales
Tal vez porque el juego ha crecido tanto como las ganancias de las casas de apuestas, últimamente no se dan a conocer cifras de apuestas, al menos no públicamente, pero remontándose un poco en el tiempo se ven números que ya impresionaban entonces. El 1ro de Marzo de 2006 apuestasfutbolonline.com (en cierta forma un ‘brazo publicitario’ de las empresas de apuestas) daba a conocer un informe indicaba que ‘los ingresos por las apuestas en internet alcanzaron 10.900 millones de dólares (9.130 millones de euros) en el mundo’ y pronosticaba que el Mundial Alemania 2006 multiplicaría esa cifra considerablemente.
El negocio es tan grande que las empresas no ahorran en bonos y promociones para atraer nuevos clientes, llegando incluso  a regalar el importe de la primera jugada a un nuevo apostador. Otra forma de tentar es ofrecer paquetes de apuestas combinadas, en los cuales si se aciertan varios resultados la cifra del premio se multiplica varias veces, ganando más que si las mismas apuestas se hicieran por separado.
El menú de acceso de bwin no puede ser más específico en su oferta, señalando que cada día ofrece más de 30.000 apuestas online en más de 90 deportes.
Cómo funcionan
Sportingbet ocupa siete plantas de un edificio londinense. Una planta es para los traders, que vigilan y fijan lo que se paga por apuesta. Cada trader, como en la Bolsa, se especializa en un mercado (deporte): tenis, fútbol, básquetbol, etc. Ritzema es una de ellos y su especialidad es la apuesta durante el partido.
En una pantalla a Ritzema le corren futbolistas turcos, en otra alemanes y en las otras dos esprintan líneas de apuestas. Cada segundo entran 54 nuevas apuestas en el grupo Sportingbet. Aunque la mayoría son líneas de color gris, alguna es diferente. "La apuesta con letra amarilla significa un fallo técnico; el color azul, que es una apuesta arbitraria, a los tres resultados; la verde, una apuesta extraña, por su alto valor o el tipo de envite; el color rojo es el que vigilo más, la de los listos, los que se toman la apuesta como un trabajo", explica Ritzema.
Ahí entra la labor de los traders bajando una cotización, subiendo otras para rebajar el riesgo que toma la empresa. "Aceptamos todas las apuestas, pero si es un cliente que gana mucho, le rebajamos el límite".
Bet365, Miapuesta, Unibet, Betandwin o Bwin, 888, Unibet, Expekt, Interapuestas, William Hill, Stan James, Ladbrokers y Sportingbet, son solo algunas (tal vez las más importantes) de las muchas casas de apuestas online que existen en la actualidad.
Cada detalle está cuidado al máximo para dar servicio al apostador, hasta el punto de la publicación de las estadísticas de cada liga, que van desde las tablas de posiciones hasta las delanteras más efectivas o las defensas menos vulnerables, y hasta el nombre y lugar de nacimiento del árbitro asignado para cada partido con sus totales y promedios de tarjetas sacadas hasta el momento.
¡Permítame, yo pago!
En 2007 el Real Madrid aceptó, a cambio de 25 millones de euros por temporada, llevar la publicidad de Bwin en su camiseta por tres años. A tal punto llega el negocio que el equipo español fue amenazado con ser multado si utilizaba la camiseta con esa publicidad al visitar al Werder Bremen el 28/11 del mismo año, por la Champions League (debido a que en esa zona de Alemania está prohibida la publicidad de casas de apuestas) y decidió hacerlo igual. El motivo es que en el contrato que existe entre el club y bwin está especificado que de existir algún tipo de multa por ese concepto la firma de apuestas se hará cargo de ella. Lo mismo sucedió cuando el Milan enfrentó al Bayern Munich por el mismo torneo, un tiempo antes.
Alemania mantiene su política de cerrar las puertas a las apuestas por internet. De esta forma no se permiten apuestas en el territorio germano aunque el jugador sea extranjero, otro tanto sucede con EEUU. Desde esta redacción se contactó (vía e-mail) a una de las casas de apuestas, solicitando información sobre la manera de que un residente en EEUU pudiera ingresar a jugar. La respuesta: ‘… debido a recientes cambios legales en Estados Unidos y a petición de nuestro equipo jurídico, la dirección ha decidido no permitir la participación en las apuestas de deportes a los residentes en Estados Unidos. Por este motivo usted no podrá participar de nuestra oferta mientras resida en dicho país’.
En ambos países las autoridades estatales pueden ordenar a los proveedores de la red que bloqueen las páginas web de los operadores de apuestas y a los bancos que impidan las transferencias relacionadas con estas operaciones.
Las casas de apuesta ya han protestado pero la situación parece incambiada. No obstante las empresas de apuestas no se entregan y el asunto está en las cortes.
Salvo por algunas que se encuentran afincadas en Londres o Suiza, otras han encontrado la legalidad fuera de los países donde fueron realmente engendradas, tal es el caso de Miapuesta.com, una empresa española que tiene su sede en la isla de Antigua, Expekt que se halla en Malta o bwin que consiguió su licencia de operaciones en Gibraltar.
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O: Cuando la verdad 'ofende'



El técnico mexicano, Javier Aguirre, ha ido ‘pa’delante y pa’tras’ con sus declaraciones, como producto de la presión que le llegó desde varios sectores del poder bajo el que sobreviven el estoico fútbol y pueblo mexicanos. 
En España declaró, al ser entrevistado en un programa radial, que México estaba ubicado entre el puesto 10 y el 15 del concierto mundial, que no se podía esperar acceder a los primeros tres lugares en Sudáfrica, y que quería terminar su carrera dirigiendo en Europa, agregando que México está ‘jodido’, en referencia a los problemas sociales que aquejan a ese país. Pocos días después, en conferencia de prensa, celebrada en México, pidió disculpas por lo dicho, argumentando que no era el foro adecuado, ni el momento. Hasta ahí los hechos.
Desgranando de a poco sus declaraciones, se observa que México se ha mantenido siempre entre los puestos 10 y 15 del ranking de FIFA , y que las veces que ha aparecido en posiciones más altas (o sea entre los diez primeros) todos los mexicanos se han reído de estas mediciones. ‘Todos’ incluye al público y a la prensa mexicana, que conocen perfectamente la realidad de su selección.
Que México no está para alcanzar los tres primeros lugares del Mundial no es descubrir el hilo negro. Comparando planteles con los de los candidatos (Brasil, España, Inglaterra, Alemania, Italia, Holanda. Argentina) se llega a esa conclusión sin ser un experto.
Querer terminar su carrera dirigiendo en Europa es tan lógico que no admite discusión. ¿O acaso no es eso lo que todos los técnicos quieren?.
Que México está mal (jodido) lamentablemente parece no ser mentira. La inseguridad personal es pan de todos los días. ¿Qué pasó con los adolescentes asesinados en Ciudad Juárez? ¿Qué con la bala que le pusieron en la cabeza a Cabañas? ¿Qué se averiguó acerca de las cientos de mujeres que vienen apareciendo asesinadas desde hace muchos años, también en Juárez? ¿Qué hay de los cárteles que controlan hasta a la misma policía? ¿Los secuestros extorsivos? ¿No son hechos? ¿No demuestran una realidad?
¿A quién ofende Aguirre con decirlo? ¿Al pueblo? No, el pueblo no tiene la culpa. Es la víctima. Los ‘ofendidos’ son los que deberían hacer algo y no lo han hecho, o sea las autoridades. Sorprende que el periodista de ESPN, José Ramón Fernández, propenso a ponerle el índice a todos por temas mucho menores que éste, sea ahora el que se pregunta (también notoriamente ofendido) por qué Aguirre utilizó el término ‘jodido’.
México tiene problemas y se nota desde afuera, sin necesidad de que Aguirre lo declare. Es obvio en el ambiente del fútbol mismo, donde la multipropiedad de equipos es una forma de mafia de cuello blanco y el ‘pacto de caballeros’ parece traído de la época de la conquista.
Ahora, cuando todo el mundo hace énfasis en las ‘desatinadas’ declaraciones de Aguirre en España y analiza si sus disculpas fueron suficientes y /o creíbles; desde este blog la opinión es que es lamentable que se disculpe por haber dicho la verdad.


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R: Publifútbol

Aunque existen los que creen poco en la publicidad o la consideran un gasto prescindible para sus empresas, miles de millones de dólares se invierten en ella anualmente por parte de las corporaciones más importantes y un alto porcentaje se destina a publicitar en deportes, de los cuales el fútbol es el que se lleva la gran parte, gracias a su condición de masivo por excelencia.
Pasión de multitudes
Desde bancos hasta marcas de cervezas o gaseosas, desde fabricantes de autos hasta tarjetas de crédito, pasando por marcas de electrodomésticos, herramientas, y, por supuesto, todas y cada una de las firmas deportivas, todos consideran al fútbol y su capacidad convocadora como un sitio y un momento en el que hay que estar, sí o sí. Millones de espectadores concurren a las canchas, encienden sus televisores o sus radios, leen periódicos o revistas y navegan en internet en busca de fútbol.
El fútbol apasiona, enamora, envicia, crece día a día y vende muchísimo. Tanto como ser el evento de mayor audiencia televisiva cuando, una vez cada cuatro años, un mundial dice ‘olvídense todo lo demás’. Pero no conforme con eso, el ‘deporte rey’ también se encarga de atrapar a cientos de millones cuando se disputan las eliminatorias, copas Europa o América, torneos como la Champions League o la Libertadores, el mexicano, el argentino, el inglés, el español o el italiano, por citar solo a los más sobresalientes, o un simple amistoso entre equipos importantes, y hasta cuando un chisme sobre una estrella en particular cobra notoriedad.
Millones por menos
El interés de las firmas por estar en el deporte se aprecia claramente en ejemplos tan contundentes como que Speedo le haya otorgado a Michael Phelps un bono de un millón de dólares como premio a las medallas olímpicas ganadas en Beijing 2008. Tal cifra surge como una consecuencia lógica de lo que este hecho beneficiará a la firma deportiva en ventas. ¿Si regala (léase: invierte) un millón, cuánto espera ganar?.
Las marcas de cigarrillos perdieron una de sus más resonantes batallas de los últimos tiempos contra los anti-tabaquistas, cuando se les prohibió publicitarse en deportes. Muchos recordarán la fuerte presencia de Marlboro en la Fórmula 1 o la de Camel en el Rally Dakar, travesía que en sus inicios se llamaba Camel Trophy.
El Mundial Corea-Japón 2002 tuvo una cifra estimada en 29.000 millones de espectadores y la Eurocopa siguiente captó 10.000 millones, mientras que todas las carreras de Fórmula 1 de ese lapso de tiempo, sumadas, alcanzaron los 6.000 millones.
Si estar en deportes de muchísima menos afición, como la natación o el automovilismo, vale tantos cientos de millones; entonces el fútbol: ¿cuánto vale y por qué?.
Soñar cuesta menos
Llegar a jugar en el Barcelona, Manchester, Boca, Juventus, Corinthians o Bayern Muninch es un sueño mucho más realizable que sentarse en una Ferrari de F1. Mientras tanto se puede jugar en un equipo amateur, con los mismos botines que utiliza el ídolo, con el mismo uniforme y hasta con su número en la espalda. Además el crack futbolero juega cada domingo, mientras que de Phelps renace en las olimpíadas o mundiales de natación, salvo que lo sorprendan nuevamente con una pipita y se encarguen de magnificarlo al tamaño de ‘pecado mortal’.
Se estima que tres mil doscientos millones de personas, en 207 países, vieron por televisión la final del último mundial, Alemania 2006. Si una publicidad de cerveza o gaseosa logró despertarle la sed a solo uno de cada mil televidentes, entonces significa que por ese comercial podrían haberse vendido 3.200.000 unidades de esa marca, que muchos tomarán más de una, y que las seguirán tomando meses después que el mundial haya pasado. Porque esa imagen, esa música y ese logo quedaron grabados en millones de mentes. O sea, significa miles de millones en ventas potenciales y un incalculable valor en branding.
Esa palabrita
Branding es un término que se utiliza en la jerga publicitaria para referirse al posicionamiento de una marca. Es ése el objetivo principal de las grandes firmas cuando publicitan.
Las marcas mundiales no colocan cupones de descuentos en sus publicidades para medir cuánto producto venden como respuesta a un aviso puntual. Coca-cola no se preocupa por medir cuantas botellas le hizo vender determinado aviso carretero, o un spot televisivo, porque le resulta tan imposible como indiferente. Le preocupa seguir estando entre las primeras opciones en las mentes de los consumidores y sabe que eso es consecuencia de un permanente golpeteo publicitario. No se trata de ‘cuantas latas vendí por este aviso’, sino de ‘cuanto estoy dispuesto a invertir para alcanzar las metas en venta de latas que me he trazado’. El concepto es radicalmente diferente.
El fútbol es el escenario perfecto del branding y, sin que muchas veces el pequeño comerciante lo perciba, es él el que lleva a las puertas de su negocio al comprador de determinada marca de auto, al bebedor, o al que quiere lucir la misma marca, modelo y color de calzado que está usando Robinho, Drogba o Iniesta.
Por ponerlo de otra manera cabe ejemplificar que cuando se ve la ceremonia de entrega del Oscar en televisión, hace falta que la locutora informe que el vestido de la actriz Fulana es del modisto Mengano, pero no hace falta que el relator de un partido diga una sola palabra para identificar la marca de los botines de Cristiano Ronaldo. Un logo dice más que mil palabras.
Branding es que se reconozca la clásica ‘M’ de McDonalds aunque no se encuentre dentro del cartel, que las tres tiras sean sinónimo de Adidas, que el tipo de letra de Coca-Cola sea reconocible aún en un pedazo de un aviso roto o que el color naranja de Home Depot sea inconfundible.
El fútbol sabe susurrarles a millones que ese partido sensacional del próximo domingo, lo será aún más viéndolo en un televisor marca ‘X’, tomándose una cerveza ‘Y’ y enfundado en la camiseta original del equipo, marca ‘Z’.
El fútbol es, a la vez, el gran vendedor y el gran mercado, porque lo dicen las corporaciones, que son expertas en ventas, cuando deciden invertir fuertemente en él, como en ningún otro escenario.
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R: Albumes de figuritas



Entre las varias versiones de pasión en las que ha llegado el fútbol a la gente, estuvo y está –aunque un tanto devaluada- la de los álbumes de cromos o figuritas, nacida de la observación de la idolatría que provocaban los cracks, y de lo adeptos y adictos (ambos) que podían ser los niños a las colecciones. Se convirtieron en un ‘boom’ que cada temporada comenzaba con la liga o con las clases escolares, para ayudar a los kioscos barriales a sobrevivir.
Nace una pasión 
El origen de todo esto estuvo allá por los años 20s del pasado siglo, cuando los primeros cromos llegaban junto a las cajillas de cigarrillos inglesas y no tenían un álbum como destino. Mucho menos a los niños, por supuesto. Luego pasaron a los chocolates y otros dulces, donde los menores comenzaron a tener acceso directo a ellos. Entonces les llegó el turno a los álbumes y a los sobres de figuritas puestos a la venta, porque a alguien se le ocurrió que había que coleccionar aquellas figuras y también se vio que eran un negocio en sí mismas y tenían su propio valor.
Llegó la época de las ‘fáciles’ y las ‘difíciles’ (también conocidas como ‘selladas’), el tiempo de las negociaciones de trueque callejeras y hasta de los juegos que se podían hacer con las redondas de cartón o chapa y las rectangulares de papel.
La industria de los álbumes también fue superándose, a tal punto que al principio llegaban a tener menos de 200 cromos en su totalidad, para alcanzar luego cifras superiores a las 500 figuritas requeridas para completar el álbum.
La tecnología tampoco se quedó por el camino y al principio se pegaban con cola, para luego pasar a ser autoadhesivas a principios de los 70s. La propuesta comercial aumentaba a medida que los álbumes crecían en cantidad de cromos y que la competencia de dos, y hasta tres, en una misma temporada obligaba a los empresarios a exprimirse el cerebro para cautivar a un público tan experto y exigente como los niños. Así aparecieron los premios (radios, bicicletas, pelotas, uniformes completos) para aquellos que lograran la difícil tarea de completar el álbum.
Vidas paralelas
José Ramón Ramírez Rubio, hoy representante de jugadores profesionales en España, recuerda con nostalgia aquellas épocas de su infancia en que los cromos fueron una de las mejores partes de su existencia y relata en su sitio web, Clan de Fútbol: ‘Miles de niños adquirimos conocimientos a través del coleccionismo de cromos. Entonces no existían “cd’s”, “dvd’s”, “plays”, “psp's”, “mp3”…  Los niños del 70 aprendíamos sobre otras culturas o sobre la conducta de animales y plantas a través de las colecciones de cromos que conseguíamos en los chocolates, chicles o en los sobres que comprábamos en el kiosco de la plaza. Como no existían las bases de datos, almacenábamos la información en nuestra memoria, ¡sana y provechosa costumbre! Recuerdo que me conocía los nombres completos, estaturas, pesos, fechas de nacimiento y trayectorias de la mayoría de futbolistas españoles …Me acuerdo como si fuera ayer de las reuniones en la plaza con nuestras cajas de zapatos repletas de cromos para intercambiar los repetidos con los amigos. Al mismo tiempo, aprovechábamos muchas veces los encuentros para celebrar auténticos partidos de chapas …. Me vienen a la mente aquellas imágenes de Asensi, Marcial, Claramunt … Iribar era el gafe, nunca me salía. ¿Y Cruyff? Tener el cromo del holandés ¡era la leche!
He buscado en el trastero de mi casa de soltero aquellas cajas de zapatos llenas de cromos pero, por lo visto, en alguna de las limpiezas de mi madre pasaron a otra vida. Es uno de los pocos defectos que tienen las madres: ordenar los desvanes y tirar todo aquello que les parece inútil o inservible’.
Más allá de diferentes nombres idolatrados en cada lugar del mapa -ya que lo que significaba para José Asensi o un Cruyff, lo era para otros un Bochini, un Pelé, un Artime o un Bruno Conti- es un hecho que las infancias alrededor del mundo fueron mucho más parecidas entre sí gracias, en parte, a la existencia de estos casi extintos álbumes, caídos en ‘batalla’ ante similares enemigos (las madres también fueron demasiado parerecidas alrededor del mundo).
Valor histórico
La imaginación de la época llegó a crear variantes a las tradicionales figuritas con fotos de los jugadores posados; cuando  fotógrafos más osados o equipos fotográficos perfeccionados lograron tomar jugadas inolvidables, o dibujantes increíbles hicieron álbumes completos con las caricaturas de todos y cada uno de los jugadores.
Los tiempos modernos amenazan con acabar con los álbumes como entretenimiento de las nuevas generaciones, que evitan ensuciarse las manos gracias a los videojuegos; aunque en contraposición les han dado valor de antigüedad, cotizando muchos de ellos a precios bastante altos en las subastas. Algunos, que se mantuvieron fuera del alcance de las madres ‘ejecutoras’ y sortearon los tiempos, llegan hoy a valer más de 500 euros (unos 750 dólares) en subastas de internet. ¡Haberlo sabido entonces!
Existen inclusive los que ofrecen comprarlos, aún incompletos o rotos, e insisten en que ‘pago muy bien’, en lo que parece ser un revival de aquella pasión, ahora en forma de pieza de museo.
De aquellos fantásticos trueques callejeros de pantalón corto, manos ennegrecidas y narices mocosas, los cromos han pasado a este presente donde cotizan en eBay, el que los compra tiene sobre su escritorio una caja de kleenex y los paga con tarjeta.
Para aquel al que este artículo no le haya traído a la memoria algunos momentos que creía olvidados, algunas caras sucias, álbumes, cromos especialmente codiciados o amados y hasta castigos maternos derivados de una afición que muchas veces postergaba a las obligaciones escolares: ¡Nuestras más sinceras condolencias por lo que se perdió de vivir!
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R: Fútbol con bronceador



Otra de las versiones de un juego que se acomoda a cualquier superficie, el fútbol, crece a pasos agigantados en la preferencia de jugadores e hinchas, favorecido por el escenario que significan las playas, con sus arenas brillantes, sus aguas azules y los mejores bikinis en las tribunas como marco. El fútbol de playa acumula seguidores, encandilados por algunas piruetas y goles que llegan en cuestión de instantes y que lo hacen casi circense, amén de ofrecer a los hinchas la posibilidad de refrescarse con una zambullida en las aguas del mar.

Crecimiento vertical
Grandes figuras como los brasileños, Zico, Junior y Romario, los argentinos Goicoechea y Olarticoechea, los italianos Stefano Tacón y Alessandro Altobelli, o el francés Eric Cantona y el mexicano Jorge Campos promovieron esta modalidad, un tanto desconocida de fútbol, que ofrece goles a racimos, jugadas plásticas y vistosas, y un fútbol espectacular que atrapa rápidamente a los observadores.
Nacido hace muchos años en las playas de Río de Janeiro, y tras más de una década de inestabilidad en busca de su propio mercado en el saturado mundo del fútbol, la FIFA aceptó darle cobijo a esta especialidad hace poco más de cuatro años y asumió la organización oficial de la Copa del Mundo de Fútbol de Playa.
Para resumir el fenómeno en el que este evento se ha convertido, el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke es claro y rotundo: “No conozco ningún otro deporte que haya progresado de tal manera en tan poco tiempo”. Y es que el fútbol playero apenas se integró a la familia de la FIFA hace sólo cinco años, y el éxito de las dos primeras Copas del Mundo de Fútbol de Playa ha sido tal que cada vez son más los países interesados en participar e inclusive en ser sede de este evento, que ha llegado hasta la futurista y muy arenosa Dubai en el 2009.
Como dato agreguemos que el último Mundial 99.900 espectadores, lo que arroja un promedio de 3.122 personas en las gradas por cada partido; una cifra alta si se tiene cuenta que la sede fue un país árabe. Nada menos que 6.000 espectadores pagaron boleto para ver la final en la que Brasil derrotó a Suiza por 10-5.
Los progresos son tan evidentes en el fútbol de playa, que ya son futbolistas especializados los que juegan esta clase de eventos, y quedan pocos casos de ex jugadores que hayan cambiado con éxito el césped por la arena, para alargar sus carreras en una modalidad supuestamente menos demandante.
Hoy, esos ilustres futbolistas, ya no ocupan un lugar en el campo, pero tienen cabida como entrenadores. Es el caso de Ramón Raya, en México, Venancio Ramos en Uruguay, el  otrora irascible crack francés del Manchester United, Eric Cantona en Francia, “Joaquín” en España, Nikolai Pisarev, el DT de Rusia, José Miguel Mateus con Portugal e Ibrahima Ndiaye, de Senegal.

Tradición carioca
Si los brasileños son considerados grandes candidatos en cada Copa del Mundo de fútbol de 11, mucho más en el de playa, que ha sido su creación y al cual practican desde hace varias décadas. No es casualidad que ostenten nada menos que 13 títulos mundiales.
Para la mayoría de los países que jugando estos torneos la práctica de este deporte es toda una novedad, pero en las playas de Copacabana son una costumbre casi ancestral. Jugadores como Zico o Romario hicieron sus primeras armas en las blandas y doradas arenas de Copacabana para luego pasar al césped.
Por eso no extraña, que los estrategas brasileños, y quienes en teoría conocen todos los secretos de esta actividad, sean los adiestradores de moda, sobre todo en selecciones nuevas en los torneos. Nombres de entrenadores como Marcelo Mendes, Ayrton Andrioli, Marco Octavio,
seis veces monarca al mando de Brasil en la era previa a la FIFA, y Neném, el futbolista que más goles ha marcado en la historia de esta modalidad, son llamados a conducir a las selecciones que aspiran a aprender los secretos tácticos y prácticos del juego.
El fútbol de playa tiene una dinámica diferente del tradicional, debido a la irregularidad del piso y al tamaño del campo de juego. Son uno o dos toques, la pelota en el aire siempre y la búsqueda casi obsesiva y permanente del marco rival, desde cualquier punto del campo de juego.

 Historia oficial
Desde que la FIFA acogió al beach soccer o fútbol playa se han celebrado los mundiales, cada año, en forma consecutiva. En el primero de ellos (2005) fue sorprendido el siempre favorito Brasil, consagrándose campeón Francia al derrotar a Portugal por penales; los brasileños fueron terceros (a pesar de ser locales) y Japón cuarto.
Para la siguiente edición, en 2006, los brasileños recuperaron el sitial histórico que tenían (habían ganado nueve de los diez mundiales no oficiales antes de ingresar el juego a la FIFA) y se quedaron con el torneo venciendo a Uruguay en la final por 4-1. Francia y Portugal se ubicaron tercero y cuarto respectivamente.
El Mundial de 2007 repitió a tres equipos en el podio, pero con otro orden, ya que los brasileños volvieron a consagrarse campeones al vencer a México en la final por 8-2, mientras que los uruguayos finalizaron terceros y los franceses cuartos.
En el 2008 lo brasileños volvieron a decir ‘presente’ a costa de Italia y por un marcador de 5-3. Portugal quedó tercero y España cuarto.
En 2009 Brasil siguió siendo el más grande, derrotando a Suiza, mientras que Portugal volvió a ser tercero, esta vez dejando a Uruguay en el cuarto puesto.
Este 2010 no tendrá Mundial playero, puesto que las autoridades de FIFA han decidido que su frecuencia pasará a ser cada dos años.

 Estrellas propias
El suizo Dejan Stankovic, anotador de 16 goles en el último mundial, es considerado una estrella del presente y ha recibido el balón de oro en Dubai.
El portugués Madjer en las dos primeras ediciones de este evento fue ganador del Balón de Oro al mejor jugador y del botín de Oro al máximo goleador.
Carlos Alberto Lisboa, más conocido como “Neném“, fue en su día un destacado jugador de fútbol playa, al que muchos consideran el Pelé de esta especialidad. A lo largo de 12 años de carrera internacional (1994-2006), se convirtió en el máximo goleador de Brasil, equipo con el que logró nueve títulos mundiales de la disciplina, aunque sólo uno de ellos oficial.
El ex internacional senegalés Mamadou Diallo a los 36 años ha alargado su brillante trayectoria en esta modalidad, luego de haber jugado más de 15 años en clubes como el Duisburgo de Alemania, el Sant Gallen de Suiza, el IFK Gotemburgo de Suecia y el Tampa Bay Mutiny de la MLS, liga en la que fue valorado como el mejor jugador en la edición 2000.
Los nombres seguirán sumándose, en busca de balones de oro, mientras el público mira cada vez con más interés el doble espectáculo de los malabaristas descalzos en la cancha y los bikinis en la tribuna.
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R: Futtenis, un pariente cercano



Es uno de los descendientes del fútbol, una de sus tantas versiones adaptadas, uno de sus ‘parientes cercanos’.  Como el indoor soccer, el fútbol sala, el de playa y tantos otros, el futtenis nació de la gran pasión que despierta el ‘deporte rey’ y que es capaz de crear otras ‘pasiones satélites’.
Algunos técnicos de fútbol utilizan como una forma de entrenamiento recreativo la implementación de partidos de fútbol-tenis o futtenis en las prácticas de sus equipos, con el fin de que sus jugadores desarrollen sus cualidades técnicas y su capacidad de tocar con un compañero al tiempo que se entretienen. Una práctica divertida.
Este juego ayuda a desarrollar la sensibilidad en el toque o el ‘pie’ (como se le llama en el argot futbolístico) de los jugadores y también ejercita su capacidad de reacción rápida, tanto para tocar con el compañero como para escoger el lugar exacto en que quieren colocar la pelota en el campo contrario. Ni qué hablar de la influencia que tiene en el juego de cabeza.
Pero el futtenis es más que una rutina de entrenamiento, puesto que se ha convertido en un deporte en sí mismo que tiene miles de seguidores en algunos países de Europa y en Sudamérica también.
Es muy popular en la República Checa y Eslovaquia, pero también tiene adeptos en Francia, Hungría, Brasil, Argentina, Suiza, Austria, Rumania y Croacia. Ya se han celebrado tres mundiales de esta disciplina (2000, 2004 y 2008).
 Casi un siglo 
Aparentemente los orígenes del juego se remontan a 1922, cuando algunos jugadores del Slavia de Praga comenzaron a jugarlo con una simple cuerda extendida que había que superar, la cual poco tiempo después fue sustituida por una red.
Este nuevo juego nació con reglas muy similares a las del voleyball, salvo por la cantidad de jugadores en cada bando, que usualmente era de 2 ó 3, y con la fundamental diferencia de que el balón podía ser jugado con cualquier parte del cuerpo excepto manos y brazos.
En 1936 se escribieron las primeras reglas oficiales del futtenis y en 1940 se jugó el primer torneo oficial, aunque fue considerado como un deporte recreativo hasta 1962. Recién en este año se fundó la Liga de Futtenis Checa, aunque estuvo principalmente concentrada en la capital de ese país, Praga. En 1971 se fundó, también en Checoslovaquia, la primera Asociación de Futtenis.
Hasta la década de los 80s el deporte tuvo poca difusión internacional, pero por fin en 1987 se fundó la primera federación, primero llamada IFTA y hoy llamada FIFTA (Federación Internacional de Futtenis Asociado). Desde entonces comenzaron los campeonatos europeos (1993) y las copas mundiales de este juego (1996).
Ventajas
A las ya nombradas ventajas que ofrece en los entrenamientos de fútbol, el futtenis como deporte en sí agrega que puede ser jugado prácticamente sobre cualquier superficie lisa (tierra, césped natural o sintético, plástico, concreto, etc).
No necesita demasiado espacio, puesto que las dimensiones oficiales de una cancha varían entre los 12 y 18 metros de largo y entre los 6 y 8 metros de ancho. En cuanto a útiles para el juego bastan una pelota y una red. En lo referente a indumentaria no necesita de nada especial, ya que prácticamente cualquier calzado deportivo común sirve para practicarlo.
Otra ventaja importante es la mínima cantidad de jugadores que se necesitan para un partido. Pueden ser dos solamente, ya que se juega en forma individual, cuatro, para jugar en parejas, o seis cuando se juega en tríos.
Por ser un juego que se basa en técnica y manejo en espacio reducido, presenta ventajas también en el hecho de que no ofrece riesgos de destrucción de instalaciones, puesto que el balón nunca viaja en forma rápida o violenta. Además los equipos o jugadores se encuentran a uno y otro lado de la red, por lo cual no es un deporte de contacto y minimiza significativamente los riesgos de lesiones, con índices más comparables con los del tenis o voleyball que con los del fútbol.
El un juego en el cual los latinos, por su condición natural de basar el fútbol en la técnica y no en la fuerza, tienen grandes posibilidades de adaptarse rápidamente.
 Reglas
El futtenis tiene un reglamento oficial, aunque algunas variantes se pueden aplicar principalmente cuando los jugadores son novatos.
Al igual que en el tenis o en el voleyball, el punto se logra cuando el rival no logra devolver el balón por encima de la red. Algunas veces se considera punto para un equipo cuando la pelota bota en campo rival una vez y otras cuando lo hace dos veces. Por ejemplo solo es permitido que el balón bote (pique) una vez en el campo del rival cuando se ejecuta el servicio (o saque) y luego debe ser jugado de aire por ambos equipos durante todo el punto que está en disputa. Sin embargo algunos prefieren conceder un bote inicial en cada campo, cada vez que la pelota traspone la red, para facilitar la recepción y la fluidez del juego; al menos mientras las cualidades técnicas de los jugadores no se desarrollan para permitirles pasar al nivel de mayor exigencia que implica el juego puramente aéreo.
Otra particularidad que presenta es que considera válido pasar una parte del cuerpo sobre la red, siempre y cuando no se haga contacto con ésta, para trabar una pelota en el campo rival. Obviamente esto necesita de un entrenamiento superior, pero es una regla que lo diferencia del voleyball, en el cual pasar una parte del cuerpo a campo contrario sobre la red se considera infracción por invasión.
Los equipos pueden solicitar un tiempo de 30 segundos en cada set, para recomponer sus estrategias, y pueden hacer dos sustituciones por set en el caso de que tengan jugadores suplentes.
Los partidos se juegan a ganar dos de tres sets de 10 puntos cada uno. El ganador de un set debe vencer por una diferencia de dos puntos, por lo cual en caso de encontrarse empatados 9-9, el juego se estirará hasta 11 puntos,  en caso de volver a empatar 10-10 se irá hasta los 12 y así sucesivamente.
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R: Paraíso de las supersticiones



Están en los vestuarios, entran a la cancha con los jugadores y se quedan en el banquillo con los técnicos. Más allá de habilidades y tácticas, la gran mayoría recurre a ellas en busca de una ayuda para la victoria.
La superstición es tan antigua como la memoria del hombre y ha marcado presencia en todos los actos llevados a cabo por éste. Desde la religión hasta el trabajo, desde la política hasta el deporte y desde el amor hasta el odio, las cábalas supersticiosas siempre han tenido lugar.
No pasar bajo una escalera, que se cruce un gato negro, no hacer esto antes de … o hacer aquello previo a… ha ayudado a muchos a confiar más en el buen destino de cualquier empresa que emprendan. El fútbol no es la excepción; por el contrario es uno de los ámbitos donde los supersticiosos o ‘cabaleros’ parecen confluir en mayor cantidad y confiarse a ritos previos, usos de prendas o actos casi imperceptibles para los demás, para lograr esa victoria que tanto anhelan.
Aunque existen excepciones, como la del portero uruguayo del Atlas, Jorge Rodrigo Bava:"Nunca tuve cábalas, trato de caber bien las cosas, … respeto mucho a la gente que tenga, pero yo no me aferro a ninguna de esas cábalas".
Los jugadores de países nórdicos europeos no tienen este tipo de costumbres, confían plenamente en sus habilidades, lo que la mayoría de las veces se refleja en su rendimiento, frío y calculador. Sin embargo los del Mediterráneo (España, Italia, Grecia, Portugal y Francia) tienen las mismas cábalas que los latinoamericanos. El ejemplo más reciente lo tuvimos en el pasado Campeonato Mundial, en las Semifinales entre Italia y Alemania. Los italianos argumentaban que serían campeones porque su país cada 12 años ganaba el Mundial.
Estudios sociológicos han demostrado que cuanto mayor es el nivel de exigencia en un deporte, más se hace presente la superstición. Desde los más anónimos hasta los más estelares han confiado en cientos y miles de cábalas, creencias y supersticiones. Es un hecho que un gesto, un reflejo, una costumbre, sirven para dar una mayor serenidad, mayor concentración o quizá una pequeña ilusión a quien está a punto de saltar al campo.
Muchos traen consigo a la cancha amuletos, como patas de conejo, monedas, imágenes bendecidas de santos milagrosos o simplemente la corbata o el calzoncillo ‘de la suerte’. También están los que entran al campo con el pie derecho, besan el pasto, se persignan hincándose sobre la línea de cal lateral o ingresan dando un pequeño salto.
Ya en el interior de la cancha, algunos marcan una cruz con el pie, otros llevan camisetas debajo del uniforme con imágenes religiosas, de sus hijos o de algún equipo anterior. Algunos tienen estampas de santos o llevan escondida entre las ropas la medalla de la madre o la esclavita de un bebé. Si ganaron el partido pasado, es casi ley que repitan la ropa interior o que la camiseta vuelva a jugar, sin ser lavada (¡Parece que el agua y el jabón borran la buena suerte!).
Estos elementos, los protegerán por completo de lesiones, de malos resultados o de pésimos partidos. Las precauciones son más que necesarias para desarrollar algo que ni sus entrenadores ni sus preparadores físicos pueden proporcionarles: la seguridad extra, una seguridad que muchos futbolistas no saben si es cierta o no, pero "por si acaso" también la realizan.
Aquí va una breve recopilación de hechos sucedidos en las canchas y costumbres de algunos famosos jugadores y técnicos de profesionalismo mundial.
Vino cruel
Previo al comienzo del partido entre Rosario Central y San Martín de Mendoza por el Campeonato Nacional de 1967 se produjo una insólita demora. Por cábala los rosarinos siempre esperaban que sus rivales salieran a la cancha para recién allí ingresar ellos, mientras que los mendocinos también hacían lo mismo, pero en este caso por otra cuestión; aguardaban para poder regalar cajas de vino a sus adversarios.
Finalmente los jugadores de Rosario Central salieron en esa ocasión primero que los locales, pero no aceptaron el obsequio de sus rivales por estar disgustados debido a que debieron salir antes que el rival a la cancha. Al final del encuentro San Martín ganó por 2 a 1.
‘Atájala San Blas’
En los años cuarenta, existía en México un portero muy supersticioso llamado Felipe Castañeda. Le decían "La Marrana" porque acostumbraba escupir el balón cada vez que lo tomaba en sus manos. Castañeda entraba al campo de juego antes que los demás integrantes y era también el primero en llegar al estadio. Se acercaba a la portería que le tocaría en turno proteger y enterraba en ella cruces y figuras. La superstición de Castañeda era extrema: No tomaba el salero si provenía de la mano de otra persona, nunca pasaba por debajo de una escalera y odiaba con toda su alma a los gatos negros.
Pero sin duda, por lo que más se le conocía a este carismático portero era por su costumbre a rezar durante el partido cuando el cuadro rival lo atacaba. Sus rezos favoritos eran: “¡Ciégalos, Santa Lucía, ciégalos Santa Lucía!" cuando venía un avance enemigo y cuando le lanzaban un tiro peligroso, atinaba a decir: "¡Atájala San Blas, atájala San Blas!".
Un domingo, cuando Castañeda jugaba para  los Tiburones rojos del Veracruz, en un partido contra el Atlante, el "Caballo" Mendoza no fue ‘cegado’ por Santa Lucía y le anotó a Castañeda mientras se escuchaba el clásico "¡Atájala San Blas!".
El peruano Rufino Lecca, compañero de equipo de Castañeda, al ver que éste había cerrado los ojos al momento del disparo, fue por el esférico al fondo de la portería y le dijo enojado a su cancerbero: "¡Atájela usted, hijo de P..., que es el que cobra!".
Mostaza cabalera
Uno de los más cabaleros en el ambiente futbolero argentino es Reinaldo ‘Mostaza’ Merlo, conocido por hacer los cuernitos ante jugadas del adversario en su contra, como así también el famoso ‘paso a paso’ para obviar las preguntas del periodismo, o usar la misma ropa, no jugar un día viernes (es de ‘mala suerte’ según él).
Otra de las características de Mostaza es que no le agradan las flores, ya que las considera de mala suerte. Por eso, cada vez que se acerca al banco de suplentes en un estadio visitante, las hinchadas rivales -que lo conocen- le tiran flores.
Conjuros y corbatas
Algunos creen en ciertas “ayudas extras”, no sólo con amuletos, hojas de ruda macho, vestimentas o rituales, sino también recurren a brujos para que sus equipos ganen.
Ricardo La Volpe, ex técnico de la Selección de México, Boca y varios equipos de la Primera División azteca,  llamaba a una especie de consejera espiritual para conocer a qué jugadores debería de convocar por México al Mundial de Alemania 2006.
El supersticioso “Bigotón” va a todos lados con su brújula para orientar la cabecera de la cama siempre hacia al norte, como mandan los libros de esta práctica milenaria.
La Volpe hizo cursos con especialistas de España, y adoptó el uso de corbatas con dragones y amuletos para atraer buena suerte.
Calzoncillos suertudos
Un ritual singular es el del goleador brasileño José Róbson do Nascimento, que fortalece su vocación con dos ritos obligatorios antes de cada partido: huele sus botas y viste el mismo calzoncillo, que solo lo cambia al siguiente año.
"Uso el mismo calzoncillo en cada partido. Del comienzo al final del año. Es una cosa que también me da suerte", sostiene "Robgol", una de cuyas preocupaciones es el inevitable desgaste de la prenda.
El arquero colombiano René Higuita jugaba siempre con calzoncillos de color azul y se sentía tan seguro que practicaba salidas infartantes del área para ejercer de centrocampista.
En el Mundial de Italia'90, no se sabe si por el cambio de color de la prenda, se alejo 40 metros del arco e intentó eludir a Roger Milla. El camerunés le arrebató el balón y anotó el gol que envió a los colombianos a casa, con calzoncillo y todo.
Agua bendita
El agua acompañaba también, en una botellita, al técnico italiano Giovanni Trapattoni en el Mundial de 2002, pero no era un líquido normal ya que estaba bendecido. El "Trap", antes del comienzo del partido, derramaba sobre el terreno de juego un poco de agua, gesto que repetía cuando las cosas no salían bien para su equipo.
El agua bendita se la entregaba su hermana mayor Romilda, monja del convento milanés de Santa María Bambina. El talismán no salvó a Italia de caer en octavos ante Corea del Sur, aunque los "azzurri" culparon al árbitro ecuatoriano Byron Moreno de la ‘herejía’ de aquella derrota. El agua bendita del "Trap" era intocable.
 Otros amuletos
 Oswaldo Sánchez reza frente a la portería antes de cada juego, los Pumas no se afeitaron durante toda la liguilla del Apertura 2004 en la que consiguieron el bicampeonato.  Monterrey cargó a todos lados con un muñeco de Hulk que supuestamente les daba suerte. El equipo Toros Neza llevaba máscaras de luchadores a todas las canchas, saltaban al terreno de juego con atuendo de Halloween y se pintaban el pelo de color rojo para buscar el campeonato.
En la final 2005/06 de la “Champions League”, los jugadores de Barcelona confesaron que entraron a la cancha sin mirar la Copa; sólo lo hicieron al terminar el partido para celebrar el triunfo.
Mario "Lobo" Zagalo, único brasileño en consagrarse campeón mundial como técnico y jugador,  es un fanático del número 13, señal para muchos de mala suerte.
En el Mundial de México 1986 Carlos Salvador Bilardo le prohibía a los jugadores comer carne de pollo porque les traía mala suerte; en el Mundial Italia 90, dos días antes de la Final, salió de la concentración para saludar a una novia en un matrimonio que se realizaba en el mismo hotel donde se encontraban, además solicitó que le regalara el ramo de novia a Maradona, para que les diera suerte.
El entrenador Raymond Doménech, técnico de los Francia, es un amante de la astrología y las ondas esotéricas. El inglés John Terry confirmó que tenía más de 50 cábalas. A Freddy Rincón, en el Mundial de Estados Unidos 94, un brujo le recomendó cuidarse de una lesión el día del encuentro contra el equipo estadounidense y su rendimiento no fue el mejor.
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