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La duda estaba instalada desde hace varios días en la afición y prensa mexicanas. ¿Cuál sería la anunciada convocatoria sorpresa de Javier Aguirre?. Pero … ¿dónde se ha visto que un mago saque un argentino de la galera?. ¡La tradición manda que hay que sacar un conejo!.
La otra tradición, esa a la que se apela cuando ya no hay justificativos, dice que ‘el tercer portero debe ser alguien experimentado, líder, que haga grupo’, o sea que no importa si es buen o mal portero, porque no va a jugar. Su inclusión se hace sin pensar que tal vez …, de pronto …, quién sabe …. Pero no, no puede pasar que a Ochoa se le escapen un par de pelotas, como las que se le fueron con Corea y con Puebla. Tampoco puede pasar que a Michel lo traicionen los nervios si tuviera que sustituir al ‘Memo’, o que uno de ellos se lesione. Esas cosas no le pasan a un mago que tiene todo su show calculado.
Algunos piensan que el tercer portero debería ser uno que vaya para jugar de portero, si hace falta. Otros piensan que los problemitas privados de Corona le vinieron como anillo al dedo a Aguirre para sacarlo del medio, y nadie sabe cuál fue la excusa para bajar a Jonhatan Orozco, ni nadie sabrá acerca del misterioso rechazo hacia Oswaldo Sánchez.
Por suerte el ‘Bofo’ Bautista hizo un partidazo ante la poderosísima Islandia y, aunque no encontró el arco rival, sumó méritos para estar en la lista, al igual que Sabah, un jugador que parece que al único que le gustaba para la selección era al técnico de Morelia, Tomás Boy, hasta que ahora se sumó el ‘Vasco. ¡Ya son dos!
Todavía quedan días para que aparezcan nuevos trucos, como podría ser la convocatoria de Nery Castillo, lo cual se asemejaría mucho a meter a la chica (léase: Selección Mexicana) en el cajón y serrucharla sin anestesia.
Dicen las malas lenguas que, apenas conocida la famosa lista, le llegó a Aguirre un telegrama que firmaban conjuntamente las federaciones de Francia, Uruguay y Sudáfrica, con un texto muy breve: ‘Muchas gracias’.
