O: No es lo mismo talento que ta'lento

Polémicas como '¿quién fue mejor, Maradona o Pelé?', van a existir como necesidad básica de los aficionados de interactuar y de los medios cuando no tienen tema; pero sobre ciertos temas el fútbol ya no se discute, como por ejemplo la superioridad física de los jugadores actuales sobre los pasados.

Fuerza, velocidad y elasticidad son algunos de los factores con los que los jugadores de hoy en día cuentan a su favor. Esto repercute aún en los argumentos de los que patrocinan que los de antes fueron superiores, porque, obviamente, contaban con espacios y tiempos que hoy no existen en una cancha de fútbol profesional. Hoy hay que correr más tiempo y más rápido. No hay dudas.

Por eso el talento no pesa tanto en el jugador que "ta' lento" y no se mueve al ritmo de las exigencias actuales.

Cuauhtémoc Blanco es uno de los que tienen talento pero también "tan' lentos", algo que quedó de manifiesto cuando, ante Nueva Zelanda, su ritmo no era el mismo que el de sus compañeros. Juan Román Riquelme sufre del mismo problema.

Fuera de problemas personales, poner a Román hoy en día en medio de una selección argentina donde Messi, Di María, Higuaín y el resto, corren a mil por hora, es frenar todo el andamiaje. Amén de capacidad indiscutida y reconocimiento de lo que significó el 'Cuauh' en la eliminatoria (sacándole las castañas del fuego a México) para lograr la clasificación; seguramente Aguirre está pensando que el Mundial puede presentarle dificultades de alto grado al 'Cuauh'.

Para colmo Blanco juega actualmente en un equipo de segunda división de México, con bajísimo nivel de exigencia. Entonces: ¿qué pasará cuándo tenga que jugar al ritmo de mundial que le van a imponer sus compañeros (Dos Santos, Guardado, Efraín Suárez) y sus rivales (Uruguay y Francia principalmente)?.

Controlar el balón y jugar a su ritmo, con Lass Diarra o Eguren respirándole en la nuca, no va a ser fácil para el '10' de los aztecas.

Por eso Maradona no extraña tanto a Román, además de que tiene de donde escoger sustitutos; pero para Aguirre la cosa no es tan fácil, porque no se visualizan sustitutos y porque el jugador es un símbolo nacional, casi intocable.