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jueves, 25 de marzo de 2010

R: Boca = Medel x 2 - 1 + River

Explicar el mal presente de Boca a partir de una clara victoria en un clásico por 2-0, imponte irse al otro lado de la cancha y ver contra quien jugó. Seguramente se hablará de los destellos de Riquelme, de la tarde del chileno Medel o de la pareja de centrales debutantes, el colombiano Bonilla y el brasileño Luiz Alberto, que se sobraron para contener los ataques millonarios. Pero la gran explicación de la feliz tarde de Boca se llama River.
River es tan malo que pierde claramente con el peor Boca de los últimos años. Tan malo que depende del alma y el fútbol de un Gallardo sin alma y un Almeyda sin fútbol. Tan malo como para no hilvanar una sola jugada clara en todo un partido. Tan malo que no sabe correr la cancha y pierde con un equipo que la camina a paso lento, tan lento como se mueve Riquelme, tan lento como Palermo.
Lo de River no es gallina es inoperancia absoluta, porque no se trata de tener miedo de hacer algo sino de no saber qué hacer. Es un cuadro para no dejar ni al utilero y empezar de nuevo, desde la raíz, porque no hay un solo elemento rescatable.
La fórmula de Boca fue fácil: Dos goles de Medel, seguir siendo superior aún con un hombre menos por la expulsión del propio Medel y dejar todo lo demás en manos de la intrascendencia de River. Un clásico para el olvido, que explica las posiciones de los dos grandes de Argentina en el campeonato actual.

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