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jueves, 25 de marzo de 2010

O: Mé"J"ico cero, Disneylandia cero, Fútbol cero



A diferencia de otras historias de Disney y a pesar del intenso esfuerzo de SUM, este cuento empezó bien y terminó mal; con un empate con sabor a bodrio, porque la selección ‘J’ de México no fue capaz de vencer a la improvisadísima selección islandesa.
Muchos de los que fueron tal vez ni sepan como terminó, porque es harto probable que se hayan dormido antes de terminar el partido, mientras se preguntaban para qué gastaron dinero en semejante paquete. Un bardo que tuvo como alternativa más sobresaliente del primer tiempo un cabezaso del ‘Bofo’ Bautista que pasó cerca, y nada más.
Cuando se analiza que se pactó un partido de México, sin el 80% de sus titulares, ante Islandia, un equipo que no existe en el concierto futbolístico mundial (ya ni hablemos de mundiales o copas europeas), rankeado en el lugar noventa y pico de FIFA, es increíble que se logre una asistencia aproximada a las 50.000 personas en el estadio.
Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen y el público el espectáculo que se merece. Agotaron las localidades desde tres días antes del partido, pagando cifras que hoy, en EEUU, son muy altas para los malogrados ingresos de los inmigrantes.
No se puede culpar a SUM y menos a la Femexfut. La culpa no es del cerdo, sino del que le da de comer. Por el contrario hay que aprender de los organizadores, que conocen muy bien con qué bueyes aran y no gastan en equipos buenos para enfrentar a México (Nueva Zelanda, Bolivia … ¡socorro!) en territorio estadounidense, porque da lo mismo. La gente igual va feliz, compra la camiseta del ‘Tri’ y paga las cervezas a precios de whisky escocés y grita 'Sí, se puede'. Tienen la taquilla asegurada aunque traigan a la selección de Disneylandia, y gastar más sería solo reducir el margen de ganancia.
Pero 'no se pudo' porque esta selección ‘J’ de México ni siquiera fue capaz de ganar; peor aún, no fue capaz de anotar un mísero gol ante un combinado semi amateur. Un final triste, abúlico, pálido; indigno de un cuento en el que estuvo involucrada Disneylandia, pero muy digno del gran cuento que montan SUM y Femexfut porque el público se lo merece.

En nuestro artículo "¡¿Contra quién!?, publicado hace tres días en este blog, dimos una visión de este espectáCULO que a muchos pudo antojárseles de un pesimismo apocalíptico; sin embargo la realidad volvió a superar a la peor fantasía imaginable.

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