O: Sube y sube

No hay un equipo que -durante el último cuarto de siglo- haya marcado una superación tan constante como la selección estadounidense. Han existido destellos que luego se apagaron, como Nigeria, campeona olímpica de Atlanta 1996, Croacia de 1998-2002 o la generación de jugadores ecuatorianos que sacaron a su país de las sombras, calificándolo a dos mundiales en forma consecutiva (2002 y 2006).

Pero lo de Estados Unidos habla de solidez, partiendo de constancia y seriedad. En cada mundial crece como rival y, aunque todavía no pinta para campeón, es un serio problema para cualquiera.

Se ha convertido en el gigante de Concacaf, cosa que para muchos no requiere de mucho, al señalar que el nivel de la zona no es el más alto, pero ha sabido enfrentar a rivales pesados fuera de la zona y no hacer el ridículo. De hecho es la única cachetada que se ha llevado el equipo vedette del momento, España, eliminándolo en semifinales de la última Copa Confederaciones. A su manera, sin brillar y tal vez sin gustar; ¡pero con cuánta personalidad!.

Ahora fue Holanda, uno de los seleccionados que ocupa la principal marquesina para Sudáfrica 2010, el que, a pesar de ganarle, lo sufrió. Estados Unidos generó varias claras chances de gol frente al marco naranja, jugando sin complejos.

No hay secretos. Por encima de la era Arenas o la Bradley; el sistema es el mismo: aplicación total, concentración al 110% y jugar hasta el último segundo sin bajar los brazos. Costa Rica lo sabe bien.

Estados Unidos parece ser el mejor discípulo de la escuela alemana y con esa mentalidad será rival dificilísimo para cualquiera. Será el gran mundial de Bradley (h) y la oportunidad de Donovan reclamar un lugar en el verdadero salón de la fama, el de la fama mundial.

Muchos firman a ciegas la clasificación inglesa a segunda vuelta, en el primer lugar del grupo 'C'. El 12 de junio, cuando se enfrenten norteamericanos e ingleses, veremos ...