R: Un fenómeno Nacional

  

La Copa Libertadores de América cuenta, entres sus muchas historias únicas, con el orgullo de ser capaz de protagonizar verdaderos éxodos efímeros de hinchas que ‘por amor a la camiseta’ han sido capaces de viajar centenares y hasta miles de quilómetros, cruzando fronteras, para acompañar a su equipo, y volver inmediatamente a su país para trabajar al otro día. Sin olvidar el enorme sacrificio económico.  

Los argentinos han sido líderes en mover verdaderas masas detrás de la ilusión de la Libertadores, siendo Boca y River también los más grandes en esto, pero sus paisanos Independiente y Vélez han propiciado también traslados masivos. Algunas veces los brasileños y en el pasado los uruguayos sacaron su pasión a tierras extranjeras.

Estas movidas masivas de autos, ómnibus, aviones y barcos repletos  siempre tuvieron lugar en etapas decisivas, como semifinales o la propia final de cada torneo; pero esta vez estamos ante un fenómeno Nacional. El tricolor uruguayo no se sintió visitante en el estadio de Banfield el martes 16 de marzo, porque 6.000 fanáticos ‘bolsos’ lo respaldaron desde la tribuna.

Hay que aclarar que Montevideo y Buenos Aires son las dos capitales más cercanas en el mundo, sin olvidar que varios miles de uruguayos viven en la capital argentina. Sin embargo nunca en un partido de la fase de grupos se había visto una presencia tan grande de hinchas visitantes.

Este fenómeno Nacional obedece a la confianza que tienen los hinchas ‘bolsos’ en su equipo, además de los hechos señalados líneas arriba; pero otro aspecto importante es la flamante inauguración de la sede propia del Club Nacional de Fútbol en Buenos Aires. Sí, Nacional tiene una filial, una sucursal en la capital argentina. Otro hecho sin  precedentes en un fenómeno Nacional de repercusión internacional.