O: ¡No te luce!

El Bayern no convenció a nadie, pese a ganar, y viajará a Lyon a enfrentar a un equipo que con muchos menos nombres, mucha menos inversión y muchísima menos estirpe, le complicó mucho las cosas en su propio feudo, a pesar de haber soportado un largo viaje en bus hasta Munich.

Claro, no hay que olvidar la vieja frase de Lineker para nunca perder de vista a los alemanes en instancias definitorias. Tampoco convencieron en la ida frente al Manchester, pero ganaron y clasificaron en Old Trafford; aunque esta vez deberán hacerlo sin Ribery, tirándole todo el peso creativo a Robben, porque el resto parece nulo en ideas.
Demasiados picapiedras para un equipo que quiere ganar la Champions.
Pero no es el Bayern el único pedrero, porque el Inter también trabaja sus partidos desde el sacrificio, con un estilo muy italiano, aunque sin italianos. Entonces cabe plantearse para qué tantas figuras de renombre en el fútbol europeo de élite si, a la hora de los bifes, el aroma es de Copa Libertadores; con localía de peso, pierna fuerte, tarjetas rojas y presión desde las tribunas como no se veía antes. En fin ... con demasiada alma y poca neurona.
La diferencia es que la Libertadores tiene la excusa de ser el campeonato de los pobres, los que le venden lo mejor que tienen a los ricos de la Champions para que brillen.
Después de los partidos semifinales de ida el balance arroja como lo mejor a la incertidumbre de un campeonato que parecía tener los candidatos asegurados de antemano (Real Madrid, Barcelona, Manchester, Chelsea, etc.) y resultó que no es tan así; lo peor es el fútbol que sigue quedando en deuda. Muy lejos del nivel esperado.
Tantos millones de euros invertidos y qué poco lucen.