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martes, 27 de abril de 2010

O: ¿Alguien tomó la matrícula?

Todos los augurios de un Lyon 'caballo negro', asesino de gigantes, etc., quedaron por tierra cuando el Bayern Munich lo despertó de sus sueños, con una exhibición de cómo se juega lo que se está jugando en una Champions.
Congelado al principio, inoperante e impotente luego, el Lyon vio como en Bayern le pasaba por encima, como un camión a una bicicleta, sin darle oportunidad de nada; dejándolo confundido en el medio de la cancha, preguntando si alguien le tomó la matrícula al que lo atropelló.
Apenas la entrega de Lisandro López queda en el balance francés como anécdota positiva de esta noche para el olvido o, tal vez, para el peor recuerdo.
Le sobraron más de treinta minutos a un partido en el que el croata Olic le puso la lápida a los sueños galos, poniendo puntadas finales al trabajo de todo un equipo que, muy al estilo alemán, no se lució pero rindió en toda su dimensión.
La Champions sigue siendo cosa de unos pocos en Europa, entre los cuales el único semifinalista que no pertenecía a esa élite futbolística quedó afuera, con el único consuelo de haber llegado mucho más lejos de lo que el más optimista hubiera pensado.
Au revoire, Lyon

1 comentario:

  1. Bien el Bayern. Mucha personalidad. Ese Olic no perdona. Ojala le ganen al Inter para que quede claro como se debe jugar al futbol

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