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lunes, 12 de julio de 2010

Duela a quien duela ..., el mejor

Diego Forlán fue escogido como el Balón de Oro del Mundial 2010; un premio que algunos cuestionan desde las mismas tribunas de siempre, las que soñaron con propio y luego se quisieron subir al brillante carro ajeno de los campeones. Los que primero fueron 'españoles, después 'brasileños', más tarde 'alemanes' y finalmente volvieron a ser 'españoles'.
Entonces aparecen las contras que vienen de la mano de la pregunta "¿Por qué Forlán? Con todo respeto no creo ...".

Pero, vamos por partes (dijo Jack)

¿Quién puede discutir a Iniesta? Nadie. Es un exquisito con la pelota al pie y la cabeza levantada. Hasta hace goles importantes. ¿Quién duda de lo que es Xavi? Un jugador alrededor del cual se mueven equipos tan ganadores como el Barcelona o España. Un titiritero que maneja todo el equipo a su alrededor pero casi no pisa el área. ¿Quién puede negar a Villa como goleador? Imposible desconocer lo que significa el ahora barcelonista cuando recibe dentro del área.
Vamos para el lado alemán y citemos a Klose. Un goleador de raza, temible cuando pisa el área. O a Ozil, el gran volante creativo que apareció ante todos en Sudáfrica. Ni qué hablar de Mueller, volante con llegada y gol, merecidamente nominado como el mejor jugador joven del mundial.
En Holanda no faltan los ejemplos, con un Robben con pegada y desborde, con zurda y gol. Ni hablar de Sneijder, cerebro holandés y gol.
Ahora vamos para Uruguay, donde Forlán es Xavi e Iniesta armando el juego, y es Villa definiendo. Es Mueller llegando desde lejos y haciendo más goles goles que Klose. Es Sneijder conduciendo a su equipo y Robben pegándole como nadie desde afuera del área.

Historia fresca

En un equipo que se quedó sin volante creativo a partir de la primera fecha (Nacho González no anduvo y Lodeiro fue expulsado) 'Cachavacha' fue al sacrificio retrasándose quince metros en la cancha para transformarse en armador sin perder su condición de definidor.
Hizo goles desde lejos, como contra Holanda, de tiro libre, como contra Ghana, de bolea, como contra Alemania. Mientras Xavi se alternaba con Iniesta y Alonso, mientras Schweinsteiger conducía alternándose con Ozil, mientras Klose firmaba goles cuando no lo hacía Mueller, en el elenco celeste todo eso recayó en Forlán y lo hizo perfectamente. Muy por encima de lo esperado.
Es el mejor jugador del mundial porque condujo a un equipo a niveles insospechados, porque hizo 5 goles llegando desde atrás, porque hizo uno de los tres mejores goles del mundial. Porque los goles que hizo nunca fueron el tercero o el cuarto fácil, sino ese que hace falta para empatar cuando se pierde o ganar cuando se va el tiempo. Porque fue el jugador con mayor incidencia en el mejor desempeño de su equipo.

Doloridos, al fondo a la derecha

Muchos estaban listos para pararse a aplaudir la confirmación de Messi, el regreso de CR7, la pólvora de Rooney o la inspiración de Kaká. Luego se subieron a otros camiones, donde viajaba el deslumbramiento por Schweinsteiger o Mueller, pero se volvieron a bajar para colgarse de la admiración que merecidamente despiertan Xavi e Iniesta. Jamás estuvieron dispuestos a mirar para el lado del que no esperaban ver salir al que hoy es EL MEJOR JUGADOR DEL MUNDIAL, DUELA A QUIEN DUELA.
Puede ser sorpresa para algunos que oyen más vuvuzelas que comentarios autorizados, que ven más atardeceres que partidos; pero no lo es siquiera para los hinchas del Atlético de Madrid que, de su mano, volvieron a festejar y a ver a su equipo en los primeros planos de Europa.
Hasta se equivocó Sir Alex Ferguson (aunque es indiscutible que el hombre sabe muchísimo de fútbol) cuando lo dejó ir del Manchester por la puerta del fondo y luego fue dos veces goleador de España y de Europa (2005 y 2009); así que no se puede esperar que lo vean algunos neófitos, oportunistas del periodismo deportivo, que nunca 'faitelson' en los medios de mayor renombre y en los otros también.






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