O: Hasta ahora ...

Muchas veces se ha oído que en la Copa Libertadores pasa de todo, entendiendo que ‘de todo’ significa nada bueno. Que los arbitrajes son malos, que los equipos mañosos o recursivos siguen adelante, que las localías pesan (¿y dónde no?), etc, etc.

Pero algo no se le podrá reprochar, hasta el momento, a la actual edición, y es que está siendo un justo juez de equipos. Los malos se van, los mejores siguen. No importa como se llaman, cuanto gastaron en figuras resucitadas.
Así se fue Nacional, luego de dejar claro que no es ni la sombra del que era hace solo un año atrás; hasta agradecido de que el Cruzeiro no quiso hacerle pasar una vergüenza mayor en su propia casa.
También se fue Corinthians, cuyos hinchas estaban seguros de que Ronaldo era una especia de talismán que, aunque gordo, los llevaría de la mano a ese título que jamás ganaron. No, no es cuestión de decir ‘tengo a fulano y mengano’ o ‘fui el mejor de la fase de grupos’. Hace falta algo más, que Corinthians no tuvo.
San Luis fue otra de las lamentables exhibiciones que dejaron los octavos de final. Se sabía que no tenía nivel para estar en Libertadores, lo demostró cayendo de local ante Estudiantes y lo rubricó con otra caída ante el mismo rival, el cual no se quiso esforzar más. ¡Si no …!
Chivas dio el alma y aguantó un partido dificilísimo ante Vélez. El 3-0 de la ida lo dejó en la puerta de la clasificación y ante ella, en Liniers, tuvo lo que hacía falta tener para pasar a cuartos de final.
Universitario fue demasiado timorato y, aunque Sao Paulo no tuvo muchas ideas (principalmente en el complemento) fue más ambicioso y seguro de sí mismo. Mereció clasificar, aunque fuera por la vía de los penales.
Entonces la Copa Libertadores no es tan injusta, impredecible, ni premiadora de mediocres, recursivos y avaros. Hasta ahora, esta Libertadores 2010 está poniendo las cosas en su lugar.