'Desengáñese compadre ...'

Peñarol es el campeón uruguayo, con todo y lo poco que eso significa.

Todo porque campeón es el mejor, o debería serlo, y Peñarol tuvo un campeonato casi perfecto, muy por encima de sus rivales, que lo deja como el de mejor desempeño. La duda la dejó un Nacional diezmado, criticado y mal dirigido que, sin embargo, le puso sombras a la superioridad de su tradicional rival, ganándole el primero de los tres partidos por 2-0, cayendo en el segundo 0-1 y empatando el tercero 1-1.
En el balance entre ambos, que en tierras charrúas es casi tan importante como el campeonato, Nacional sacó una leve ventaja, insuficiente para evitar la coronación de Peñarol. El campeonato ganado por Peñarol obedece a reglamentos que marcan fórmulas y conducen a resultados que no por consensuados son justos o lógicos. El mejor Peñarol de los últimos años se coronó ante el peor Nacional de los últimos años, tras tres partidos en los que tuvo un saldo de gol de -1. (!)
Poco porque ser campeón en Uruguay hace décadas que ha dejado de ser algo importante un centímetro fuera de las fronteras del país. Hace mucho que dejó de ser respetado el fútbol uruguayo a nivel mundial, ni siquiera latinoamericano. El campeón uruguayo ya no asusta en la Copa Libertadores y ni aparece por las definiciones mundiales ante los campeones de otros continentes. La últimas versiones respetables 'overseas' fueron Peñarol '87 y Nacional '88. Más de dos décadas atrás. Victorias casi arqueológicas, hoy en día.
La vigencia se mantiene solo por los desmanes, los líos entre barras o los disturbios que provocan las barras cuando festejan a solas, sin rivales como excusa. Las de uno, las de otro y hasta las de los equipos menores, que tienen tan pocos seguidores pero sin embargo se las arreglan para enlistar un alto porcentaje de imbéciles.
¿El mejor mundial Sudáfrica 2010 de Uruguay Selección le puede cambiar la cara a la peor realidad de Uruguay Fútbol de Liga?. Parece que el 'mejor' no promete ser tan bueno como para hacer magia y la 'peor' es siempre capaz de batir sus propias marcas.
'Desengáñese compadre, que no hay angelitos negros'