Duelo de pobres

En un choque en el que la pobreza futbolística fue la constante, con las excepciones de Montaño, Viudez y lo que estuvo Recoba en la cancha, Alianza Lima se llevó los primeros tres puntos de su participación en la Copa Libertadores, como local y sufriendo.

Alianza no sufrió por lo hecho por Nacional, que apenas fue lucha desprolija, sino por lo que no hizo Alianza, que no supo definir un partido que se le presentaba con todas las ventajas: altura, localía, dos jugadores más en la cancha por la expusión de dos rivales (Damonte y Placente), varias oportunidades claras de gol desaprovechadas y un árbitro demasiado localista.
Los dos equipos están en el fondo de la tabla de posiciones del grupo 5 y, salvo milagro o cambio radical de cualquiera de ellos, difícilmente puedan escribir historia en esta Libertadores.
Lo de Nacional queda a estudio futuro, porque tiene nombres como Scotti, Vicente Sánchez, Viudez, Recoba y Bogossián, pero confunde cuando le gana a Vasco en Río, pierde con Libertad en Montevideo y nuevamente ante Alianza.
Lo de Alianza, aunque salga ganador del duelo, es definitivamente pobre, además de estar inmerso en un verdadero caos institucional que amenaza con desmantelar el equipo, muestra una inoperancia de sus jugadores -principalmente en definición- que no promete nada bueno.
Ninguno de los dos equipos invita a jugarse ni una ficha por lo que puedan hacer en este torneo.