En la antesala del Mundial, que mantiene
a todos expectantes, la decisión de la Concacaf de impedir que México participe
con todo su potencial en la próxima Copa América Argentina 2011, no ha causado
el efecto que debería. Parece un tema postergable. Sin embargo no es un tema
menor, visto desde todos lados.
Para México es otro obstáculo para
acceder a un trofeo que engalanaría las vitrinas de la Femexfut como ningún
otro conseguido a nivel de mayores. Parece bastante improbable que el ‘Tri’
alcance la cúspide participando con una selección Sub-23, si no ha sido capaz
de hacerlo en el pasado con sus mejores figuras.
Para los clubes europeos, propietarios de
algunas de las estrellas aztecas, significa que es posible que no tengan que
ceder jugadores para jugar un torneo al que le temen (lo han manifestado sin
disimulos) por su fama de peligroso porque se juega fuerte.
Para la Conmebol podría resultar mucho
menos atractivo este México que el que soñaron en el pasado, cuando le
extendieron una invitación. Deportivamente llegará mermado y económicamente tal
vez no genere las divisas, por todo concepto, que generaría estando a pleno.
Para la Concacaf es poner otra piedra en
el brillo de los torneos organizados por la Conmebol, al cual no puede acceder
por falta de nivel y protagonismo.
Torneo sudamericano que, además, le usa su gran animador, el ‘Tri’, para
completar la marquesina.
Ya cayó la Copa Sudamericana como opción
de competencia para los clubes mexicanos, ahora queda limitada la Copa América
de selecciones; pero sigue sin crecer ni brillar ningún evento promovido desde
la Confederación de Norte; como sucede con la actual Concachampions.
Puja de intereses en el único continente
en el que la FIFA tiene dos confederaciones y todo el mundo se sigue
preguntando ¿por qué?.
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